Isfahán: La mitad del mundo | Irán Hoy
Isfahán ha sido durante mucho tiempo una ciudad de superlativos. Una vez deslumbrante capital del Imperio persa, ha sido elogiada en poesía, pintada en manuscritos y recordada por viajeros como una de las ciudades más bellas del mundo.
Sus cúpulas brillan con turquesa y oro, sus bulevares se extienden bajo antiguos plátanos, y sus plazas aún vibran con la vida de siglos pasados.
Para los iraníes, Isfahán no es solo una ciudad: es memoria, identidad y orgullo. Para los visitantes, es un viaje a través del tiempo, un lugar donde la belleza no está escondida en museos, sino que se vive en las calles.
La llaman Nesf-e Jahan —La Mitad del Mundo— y al estar aquí, en la Plaza Naqsh-e Jahan, se entiende por qué. Alguna vez corazón del Imperio safávida, este es el lugar donde la historia, el arte y la vida se encuentran en un panorama impresionante.
Bienvenidos a Isfahán, una ciudad antigua que aún conquista los corazones de viajeros de todo el mundo.
Isfahán es la tercera ciudad más grande de Irán, a solo 435 kilómetros al sur de Teherán. Pero a diferencia de la capital política, Isfahán siempre ha sido el corazón espiritual y cultural del país. Desde el siglo XVI, cuando el Sha Abás la convirtió en capital de su imperio, esta ciudad se transformó en un escaparate del genio persa —un centro de ciencia, comercio, arte y arquitectura que atraía visitantes desde Venecia, Delhi e incluso Pekín.
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